miércoles, octubre 25, 2006

Esta noche será distinta,
es el final de una larga etapa.

Desperté del sueño lindo y
salí de la burbuja en la cual me encontraba atrapada.

Estoy bien, sé que podré superar esta etapa de mi vida,
solo necesito un poco de tiempo,
tiempo para darme una nueva oportunidad,
tiempo para volver a querer como lo hice,
tiempo para demostrar que valgo demasiado.

No tengo resentimientos,
tampoco rencores.

Guardaré los mejores momentos,
atesoraré los besos que un día entregué,
no olvidaré tu rostro frente a la pantalla del computador,
recordaré las conversaciones de madrugada
y tus pitanzas a mi celular para saber que pensabas en mi,
pero de algo quiero que estés conciente y seguro,
jamás me arrepentiré de lo que sentí por ti.

Dicen que el tiempo todo lo cura,
o por lo menos eso trata de hacer el tiempo,
curar las heridas.

Ahora me iré a la cama
y mañana será un día nuevo.

Mañana será el día en que renaceré,
el día en que volveré a vivir,
el día en que tomaré de nuevo mi camino
y solo me dejaré llevar mirando hacia atrás con felicidad
y pensando que es mejor así,
pensando que es mejor
volver a empezar.

jueves, octubre 19, 2006

SIGO BUSCANDO

Cuando quise darme cuenta ya era tarde
tu te habías ido para no volver,
te llevaste casi todo el equipaje
y dejaste tus caricias en mi piel.
Cuando quise darme cuenta ya era tarde
y aprendí un poquito más sobre el amor,
descubrí que había vuelto a equivocarme,
ahora trato de encontrar la dirección.
Pero cada noche duele la distancia
y todas las paredes de esta casa parecen llorar
y me pueden ver a mí llorando dentro,
echándote de menos en silencio,
porque no te puedo olvidar...
Sigo buscando una sonrisa que vuelva darme la vida,
una parada ante esta prisa que me domina,
quiero una voz que me diga algo que nunca haya escuchado,
algo que me haga sentir mejor.

Cuando quise darme cuenta estaba ya perdida,
caminando sin saber donde ir.
Ahora solo trato de encontrar el equilibrio,
convenciéndome que es mejor así.

Y sigo buscando… sigo buscando.

lunes, octubre 09, 2006

EL TREN DE LA VIDA

Hace algún tiempo atrás, leí un libro que comparaba la vida con un viaje en tren. Una lectura extremadamente interesante, cuando es bien interpretada.
La vida no es más que un viaje por tren: repleto de embarques y desembarques, salpicado de accidentes, sorpresas agradables en algunos embarques y profundas tristezas en otros.
Al nacer, nos subimos al tren y nos encontramos con algunas personas, las cuales creemos que siempre estarán con nosotros en este viaje: nuestros padres.
Lamentablemente la verdad es otra.
Ellos se bajarán en alguna estación dejándonos huérfanos de su cariño, amistad y su compañía irreemplazable.
No obstante esto no impide que se suban otras personas que serán muy especiales para nosotros.
Llegan nuestros hermanos, amigos y esos amores maravillosos.
De las personas que toman este tren, habrá también los que lo hagan como un simple paseo.
Otros que encontrarán solamente tristeza en el viaje…
Y habrá otros que, circulando por el tren, estarán siempre listos en ayudar a quien lo necesite.
Muchos al bajar, dejan una añoranza permanente…
Otros pasan tan desapercibidos que ni siquiera nos damos cuenta que desocuparon el asiento.
Es curioso constatar que algunos pasajeros, quienes nos son más queridos, se acomodan en vagones distintos al nuestro.
Por lo tanto, se nos obliga hacer el trayecto separados de ellos.
Desde luego, no se nos impide que durante el viaje recorramos con dificultad nuestro vagón y lleguemos a ellos…
Pero lamentablemente, ya no podremos sentarnos a su lado, pues habrá otra persona ocupando el asiento.
No importa; el viaje se hace de este modo: lleno de desafíos, sueños, fantasías, esperas y despedidas… pero jamás regresos.
Entonces, hagamos este viaje de la mejor manera posible.
Tratemos de relacionarnos bien con todos los pasajeros, buscando en cada uno, lo mejor de ellos.
Recordemos siempre que en algún momento del trayecto, ellos podrán titubear y probablemente precisaremos entenderlos…
Ya que nosotros también muchas veces titubearemos, y habrá alguien que nos comprenda.
El gran misterio, al fin, es que no sabremos jamás en qué estación bajaremos, mucho menos dónde bajarán nuestros compañeros, ni siquiera el que está sentado en el asiento de al lado.
Me quedo pensando si cuando baje del tren, sentiré nostalgia… Creo que sí.
Separarme de algunos amigos de los que hice en el viaje será doloroso. Dejar que mis hijos sigan solos, será muy triste. Pero me aferro a la esperanza de que, en algún momento, llegaré a la estación principal y tendré la gran emoción de verlos llegar con un equipaje que no tenían cuando embarcaron.
Lo que me hará feliz, será pensar que colaboré con que el equipaje creciera y se hiciera valioso.
Amigos míos, hagamos que nuestra estadía en este tren sea tranquila, que haya valido la pena.
Hagamos tanto, para que cuando llegue el momento de desembarcar, nuestro asiento vacío, deje añoranza y lindos recuerdos a los que en el viaje permanezcan.
A ti, que eres parte de mi tren, te deseo un…
¡¡¡ Feliz viaje !!!