Aquí estoy de nuevo, después de muchos meses de pensar, analizar y tomar serias decisiones.
Hoy me siento tranquila, porque me encontré a mi misma, porque al fin aprendí a conocerme, porque lloré todo lo que tenía que llorar, porque el corazón ya no sufre, aprendió... le costó mucho, pero aprendió.
Hoy me siento más mujer, más madura, más entera y aunque el corazón a veces recuerda, la mente le ayuda soportar la debilidad.
Todo este tiempo me lo tomé junto a los míos, quienes me apoyaron por sobre todas las cosas. Gracias infinitas le doy y le daré siempre a mi madre quien me escucha y me ayuda en los momentos de debilidad, quien no me cuestiona ni critica actitudes ni decisiones y que a pesar de muchas cosas, sigue estando ahí, al pie del cañón, siempre fiel. Gracias por ayudarme a ver la vida de otra manera, por entender que el amor no es sufrir sino dar y recibir.
Desde hoy empieza una nueva etapa, acá, en mi casa y aunque tube la oportunidad de borrar todo lo que un tiempo escribió un corazón enamorado, decidí que lo mejor era dejarlo, porque fue una etapa linda, a pesar de todas las cosas malas.
Así lo miro hoy, como una etapa, una más de las miles que vienen en el futuro.
Gracias amigos por estar ahí, por los sabios consejos y a todos quienes de vez en cuando se asomaron por acá y me dejaron palabras de aliento y saludos divinos. Todo mi cariño a esos nenes que vienen en camino y a los que ya llegaron, a ellos les agradezco el despertar ese instinto que tenía guardado y que hoy sale por los poros esperando que al fin la primavera llegue con nuevos brotes de luz, esperanza y amor.
Un beso a todos y ya saben, estoy de vuelta para ponerme al día, porque soy simplemente Coralya.
